Treinta años después de la trágica riada que golpeó a las localidades de Yebra y Almoguera el 9 de agosto de 1995, uniendo a ambos municipios en la tragedia, se rinde homenaje a las víctimas y al dolor que dejó este suceso. Con la exposición ’30 años de la riada’ y dos documentales inéditos, se recuerda a los fallecidos y se reflexiona sobre la importancia de la prevención ante fenómenos extremos.
La exposición, presentada en rueda de prensa el 5 de agosto, incluye más de 200 fotografías y dos documentales que muestran testimonios reales de aquel fatídico día. La riada, desencadenada por una fuerte tormenta de verano, causó devastación en Yebra, donde fallecieron diez personas, y en Almoguera, donde afortunadamente no hubo víctimas mortales.
Los testimonios de los sobrevivientes, como Sonia y Sergio, nos transportan a aquella noche en la que el agua lo arrasó todo. Las imágenes tomadas por el fotoperiodista Javier Castañón, junto con material audiovisual de archivos locales, enriquecen la narrativa de la tragedia.
Los alcaldes de Yebra y Almoguera hacen un llamado a la prevención, destacando la importancia de tomar medidas para evitar futuras tragedias. La memoria de lo ocurrido se convierte en una herramienta para proteger el futuro, recordando que decisiones como no urbanizar zonas inundables y mantener limpios los cauces pueden salvar vidas.
La muestra conmemorativa busca ser un tributo a la fortaleza de ambos pueblos, que supieron reconstruirse tras la tragedia. A través de esta exposición, se pretende transmitir una lección de vida y un mensaje de prevención para las generaciones futuras.
Yebra y Almoguera, unidos por el dolor del pasado, comparten esta memoria que esperan sirva para evitar que una tragedia similar vuelva a repetirse. A pesar del recuerdo aún latente en los más mayores, las obras realizadas en respuesta a la riada de 1995 han fortalecido la infraestructura y la conciencia de prevención en ambas localidades.
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