Según la acusación, un grupo de individuos tenía alquilados varios inmuebles en Hellín y provincias cercanas, los cuales estaban equipados para el cultivo intensivo de plantas de marihuana en interiores, con sistemas de ventilación, iluminación sofisticada y control de temperatura. Durante una operación de la Policía Nacional, se descubrió cerca de 5.000 plantas distribuidas en una nave industrial en Hellín, así como en tres viviendas en La Azacaya, La Seca y Archena (Murcia) y en una nave en Orihuela (Alicante).
En total, se decomisaron casi 16 kilos de cannabis sativa, con un valor estimado de 80.000 euros en el mercado ilegal. Además, se encontraron cientos de luces halógenas, ventiladores, transformadores de corriente y focos en las instalaciones, causando una pérdida de aproximadamente 65.000 euros a la compañía eléctrica.
La Fiscalía considera estos hechos como un delito leve contra la salud pública, pertenencia a un grupo criminal y defraudación de fluido eléctrico. Este caso pone de manifiesto el crecimiento de actividades ilegales relacionadas con el cultivo y tráfico de drogas en la región, así como los riesgos asociados para la seguridad y la economía local.
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