Artículo de opinión del presidente García-Page en el Día Internacional de la Educación: Puentes en lugar de muros
En una época marcada por debates que parecen dividirnos, debemos aferrarnos a la educación como un puente que salva nuestras diferencias, fomenta el entendimiento mutuo y siembra las semillas de una sociedad más justa, cohesiva y solidaria. La educación no es sólo una herramienta para construir un futuro laboral, sino un verdadero motor de transformación personal y social.
Más allá de la transmisión de conocimientos técnicos, la educación es un espacio donde se cultivan valores esenciales como la empatía, la cooperación, el sentido de justicia y la convivencia positiva. Estos pilares nos moldean como individuos y nos invitan a mirar más allá de nosotros mismos, comprender las perspectivas de los demás y encontrar soluciones comunes a desafíos comunes. Una educación ética y crítica nos brinda la distancia necesaria para observar, analizar y juzgar con claridad el mundo que nos rodea, permitiéndonos actuar responsable y conscientemente ante la complejidad de la vida.
Es en las aulas, reales o simbólicas, donde aprendemos no sólo a pensar, sino a convivir, a hacer preguntas y a construir puentes en lugar de muros. La educación es la base sobre la que podemos construir un futuro común, donde las diferencias no sean motivo de enfrentamiento, sino oportunidades de enriquecimiento mutuo.
Hoy, en el Día Internacional de la Educación, celebramos la labor de quienes hacen de la docencia una vocación. En Castilla-La Mancha se forman generaciones en guarderías, escuelas de primaria, institutos, universidades, conservatorios, centros de educación especial, escuelas oficiales de idiomas, centros de educación superior, centros de formación profesional o centros para adultos. Son casi dos mil espacios dedicados a la formación dentro del sistema oficial, complementados con una rica oferta de formación no reglada, donde muchas personas, ya sea para completar su formación o como actividad de ocio, se sumergen en el aprendizaje de lenguas extranjeras, artes, deportes y muchas otras disciplinas.
Castilla-La Mancha es una tierra que confía en la educación, en sus 33.800 profesores del sistema oficial y en los miles de formadores que enriquecen otros campos. Sin embargo, no podemos olvidar que toda esta actividad didáctica es un complemento a la educación familiar porque, como hemos repetido innumerables veces, todos somos educadores: la familia, como primera institución educativa, y las escuelas, como segunda.
Creo que hoy es un día para felicitar a todas aquellas personas que se dedican profesionalmente a la educación, pero también a aquellas que, sin dedicarse formalmente a ella, educan en la compleja tarea de enseñar valores, tanto con el ejemplo como con la palabra.
Emiliano García-Page Sánchez
Presidente de Castilla-La Mancha